¡Saludos apreciada comunidad!
Espero que este mensaje les encuentre bien. Lamentablemente, quiero informarles que debido a algunos retrasos en la programación del podcast, el próximo episodio no estará disponible hoy como se esperaba, sino que se lanzará la próxima semana. Agradezco su comprensión ante esta situación.
No obstante, les aseguro que valdrá la pena la espera, ya que en este nuevo episodio contaré con una invitada muy especial. Juntas exploraremos estrategias y experiencias sobre cómo enfrentar retos profesionales en las industrias creativas como la moda y la publicidad. Estoy emocionada por compartir este contenido valioso con todos ustedes y agradezco su continuo apoyo.
Priscilla: la soledad femenina
La mirada de Coppola nos dirige hacia la adolescencia de una mujer que vivió bajo la sombra de su contraparte masculina. Esta adaptación viene poco después de la cinta de Baz Luhrmann, quien presentó una glorificación a la figura performativa del rey del Rock n’ Roll. Coppola, por el contrario, se adentra en la perspectiva femenina de Priscilla y lo que significó constituir un matrimonio con esta figura legendaria.
La monotonía, lo mundano y la soledad ejercen el argumento central de la cinta, iniciando con rituales cotidianos como el maquillarse, peinarse y caminar descalza por una alfombra espumosa. La historia de Priscilla comienza en 1959, en Alemania, donde un oficial de la armada estadounidense reclutaba a jóvenes deseosas por conocer al legendario Elvis Presley. Por casualidad, Priscilla se encontraba allí y fue invitada por este hombre a una fiesta, donde conoció a quien se convertiría en su futuro esposo. En un principio la pareja conecta a raíz de esa necesidad de ser amados y comprendidos, ella en su falta de estabilidad y amistades por las constantes mudanzas obligadas por el cargo de su padre, un oficial del ejército americano. Él por su fama abrumadora que lo había despojado en varios niveles de su humanidad.
Su relación estaba atravesada por muchas dinámicas de poder: él siendo un hombre de 24 años, ella siendo una niña de 14, él siendo rico y famoso y ella siendo una niña regular. Su relación inició como un romance fantasioso donde la joven común y corriente es elegida por un varón poderoso y admirado por muchas. Hilo narrativo y tropo que hemos presenciado en innumerables películas y novelas. Al principio, los padres de la joven se sorprendieron al ver el interés tan particular que una figura distinguida como Elvis mostraba hacia su hija. Sin embargo, Elvis logró convencerlos para que permitieran a Priscilla quedarse en Graceland, su mansión en Memphis.
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La moda & el escándalo
La moda y el escándalo tienen una relación simbiótica. En la moda, un escándalo se detona por formas de discriminación como el sexismo, racismo y la homofobia. Y al ser tan públicos invitan a los espectadores a observar y a tomar una posición frente al asunto.
El escándalo puede ser usado de manera intencionada o de manera no intencionada. En los 80's y 90's por ejemplo, el shock era usado deliberadamente como una herramienta de memorabilia para las marcas. Marcas como Benetton y Calvin Klein en ese entonces lo usaron para posicionar sus marcas y conectarse con un público joven.
Gracias a la llegada de las RRSS, la manera en que las marcas interactúan con las audiencias ha cambiado, outsiders han podido consolidarse inclusive en el sistema moda convirtiéndose en voces críticas. Así mismo, los algoritmos obtusos de estas redes digitales han motivado a que muchas marcas recurran al escándalo con el fin de generar mayor visibilidad. Para que un escándalo funcione, necesita de un "nosotros" y un "ellos", es decir se necesita de un "enemigo" que pueda ser ridiculizado. Por ejemplo, en el 2018 D&G tuvo un escándalo en China por un video que pretendía innaugurar su tienda en Shanghái. El video mostraba una perspectiva que partía de la mirada occidental y del orientalismo, presentando a China como un lugar atrasado frente a Occidente. Esto desató la furia del mercado chino y la estrategia de marketing de la marca italiana no funcionó pues posicionó a su audiencia target como el "enemigo". ¿Cómo superar un escándalo? Recuerda que las rrss tienen un efecto de megáfono. Muchos grupos poblacionales te pueden criticar por distintos problemas. En un escándalo las marcas deben reaccionar rápido y mostrar su solidaridad con los afectados, reconociendo y enmendando el error. D&G en el 2018 no lo hizo y esto le costó perder el mercado chino, uno de los más sustanciosos a nivel global. En el actual clima cultural los consumidores esperan que las marcas sean agentes de cambio y que estas contribuyan a temas culturales políticos y sociales. Las rrss hacen parte de un nuevo orden social que ha cambiado radicalmente el sistema moda, afectando a las compañías y su interacción con las audiencias. El branding cultural es un recurso de marketing excelente para navegar esta nueva era de conexión inmediata. Esto permite que las corporaciones se entiendan como actores culturales y no solo como actores comerciales.
¡Gracias por leer!
Un abrazo,
Valeria Akl.